David Heinemeier Hansson (también conocido como DHH) se ha convertido en el gran rebelde de la nube. El creador de Basecamp y de Hey, y que tuvo sus más y sus menos con Apple en el pasado, lleva tiempo evangelizando sobre cómo muchas empresas deberían abandonar la nube y volver a gestionar su infraestructura de forma local. Es lo que se conoce como «repatriación a la nube», y desde luego a su empresa le está dando muy buenos resultados. El problema: que quizás no es para todo, ni para todos.
Ahorro espectacular. DHH anunció su intención de abandonar la nube hace dos años. Ya entonces tenía claro que el paso, aunque costaría tiempo, le permitiría ahorrar un dineral. Pocos meses después estimaba que ahorrarían siete millones de dólares en gastos en los siguientes cinco años gracias a esa estrategia. Sin embargo, la semana pasada revisó su estimación: no se ahorrarían siete millones, sino diez. La empresa ha creado hasta una sección de preguntas y respuestas, una FAQ que puede ayudar a quienes se estén planteando esa transición.
AWS y Azure son muy, muy caros. Un analista llamado Jeremy Theocharis comparaba el coste de una máquina y su almacenamiento en Azure y AWS con lo que costaría tener una máquina similar en un proveedor «bare metal» como Hetzner. Según sus cálculos, AWS era entre 6 y 7 veces más caro, y Azure era aún peor: su coste era 10 veces superior, y eso sin contar los «costes ocultos» como los del almacenamiento, las comisiones por transferencias o los complejos modelos de precios. La propuesta de proveedores como Hetzner es cerrada: tu máquina, con el almacenamiento que elijas, es toda para ti, y puedes transferir todo lo que quieras. Eso da que pensar.
Y el almacenamiento en S3, también. Uno de los pocos flecos que le quedan a DHH para desconectarse totalmente de la nube es dejar atrás la plataforma AWS S3 de almacenamiento en la nube. De los 3,2 millones de dólares al año que invertían en tenerlo todo en la nube, ahora solo invierten 1,3 millones de dólares al año, y todos están destinados a S3, donde tienen casi 10 petabytes de datos.
El problema es que tienen un contrato de cinco años que no expira hasta el verano que viene, pero será entonces cuando cambien a un sistema con 18 petabytes de capacidad. El coste inicial es elevado (más o menos lo que gastan en un año en AWS), pero a partir de ahí el ahorro es enorme, y esperan reducir su cuenta de gastos en otros cuatro millones de dólares en los próximoso cinco años. De ahí esa cifra revisada de 10-11 millones de ahorro total en ese periodo.
Cuándo tiene sentido la nube. En aquel anuncio inicial de otoño de 2022, DHH dejaba claro que la nube era notable en dos escenarios. El primero, que la appsea «tan simple y tenga tan poco tráfico que realmente ahorras en complejidad al iniciar [tu negocio] con servicios completamente gestionados». En segundo, cuando «tu carga es muy irregular», es decir, cuando el tráfico de tu web varía mucho y plataformas como AWS pueden adaptarse dinámicamente a ella. Para ellos ninguno de esos dos escenarios se cumplen ya: son una empresa asentada y conocen cuáles son sus picos de tráfico, así que estar preparados para un «porsi» excepcional no salía a cuenta.
Pero la repatriación tampoco es para todos. Para DHH y su empresa la cosa está clara, pero admite que empresas con «enormes fluctuaciones de carga» o aquellas que están empezando y en las que hay incertidumbre efectivamente la nube puede tener sentido. Aunque hay otros casos de empresas que están abandonando la nube, también hay expertos —los de Amazon, entre ellos— que opinan que no siempre tiene sentido. Lydia Leong, analista de Gartner, explicaba cómo estos casos son casi anecdóticos. Según ella,
«Nada de esto equivale en modo alguno a la noción de que existe un movimiento amplio o incluso común de las cargas de trabajo desde la nube a las instalaciones, especialmente para aquellos clientes que han migrado centros de datos enteros o la gran mayoría de su parque informático a la nube».
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Cada empresa es un mundo. Lo que sí es seguro es que la nube parecía la panacea para todo tipo de empresas hace años, pero casos como el que revela DHH demuestran que hoy por hoy pasar a una infraestructura local y autogestionada puede tener sentido. No es una cuestión baladí, porque aunque ahorras costes debes contar con profesionales que se encarguen de esa gestión. Y aún así, que hasta AWS afirme que está notando que la repatriación a la nube es real ya dice mucho de esta tendencia.
Imagen | Amazon
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La noticia
Repatriarse a la nube es una idea excelente, el único problema es que no todo el mundo se lo puede permitir
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Pastor
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